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Reglas de Composición Fotográfica Fundamentales que Deberías Conocer

¿Cuál es la diferencia entre una buena y una mala fotografía? Asumiendo que los colores han salido correctamente al imprimirla y la exposición y el enfoque son correctos, existen una serie de elementos sobre los que los fotógrafos hablan continuamente al evaluar una foto, que son las "reglas de composición". Dependiendo de con quién hablemos, nos darán unas reglas u otras.

Identifica el centro de interés
Cada fotografía tiene (o debería tener) un centro de interés. ¿De qué es la foto? ¿Es una fotografía de tu novia? ¿Es una fotografía de las pirámides de Egipto? Debería ser obvio para cualquiera que mire una fotografía saber de qué es la foto. Es lo que se denomina el centro de interés.

Aunque se denomine centro, el centro de interés no tiene que ser necesariamente el objeto que esté en el centro de la foto ni ser el objeto que ocupa la mayor parte de la imagen.

Es la primera regla de una buena composición, ya que es la más importante. Simplemente decide antes de disparar el motivo sobre el que quieres tomar la fotografía. Todo lo que hay que hacer a partir de ahí es enfocar el elemento sobre el que queremos centrar el interés.
 

Regla de la mirada
La regla de la mirada se aplica en fotografías en las que el motivo principal es una persona o animal. La ley de la mirada fija la posición en la que debe encontrarse el objeto en función de la dirección en la que mira. Con este sencillo truco tus fotografías de retratos ganarán fuerza.

Esta sencilla regla afirma que toda persona o animal dentro de la foto debe de tener más espacio libre hacia su parte delantera que lo que ocupa su parte trasera, al margen de la amplitud de lo abarcado en el encuadre de la toma.
 

Rellena el encuadre (Fill the frame)
Esta regla puede parecer bastante obvia, pero lo cierto es que muchas veces fallamos al aplicarla. Si queremos contar algo en una foto, ocupemos la mayor parte con ese "algo", asegurándonos que se convierte de este modo en el centro de atención. Además, de este modo eliminamos posibles elementos que resten atención.

Es un fallo demasiado común el querer sacar demasiadas cosas en una única foto. Al final, lo que conseguimos es que no quede demasiado claro qué es lo que queríamos enseñar. Ante la duda de si algo debe salir o no en la foto, quítalo.
 

Apóyate en las líneas
Las líneas son un elemento de importancia vital en las artes visuales. Las líneas nos aportan formas y contornos. Con las líneas dirigimos la mirada del espectador de una parte de la foto a otra.

Cuando vayas avanzando en el mundo de la fotografía podrás comprobar cómo las líneas son uno de los elementos más eficaces a la hora de dirigir la mirada de quien contempla nuestras fotos hacia donde queremos que mire. Las líneas horizontales, verticales y diagonales son elementos compositivos que aportan significado a las imágenes.

Un tipo especial de líneas son las líneas convergentes. Son las líneas paralelas que, por el efecto de la distancia, acaban convergiendo en un mismo punto.
 

Trabaja el flujo
Después de las líneas, podemos tratar el flujo. El flujo es el modo en el que la mirada del espectador se desplaza de una parte de la fotografía a otra. Una manera de definir el flujo de una fotografía es mediante el uso de líneas. Pueden ser horizontales, verticales, diagonales, convergentes o divergentes.
 
A veces el flujo creado por las líneas es nítido y claro, como los laterales de un edificio que convergen hacia el cielo), o pueden ser menos obvias. Sin embargo, la mirada del espectador debería ser capaz de recorrer los elementos de una parte a otra de la imagen.

El flujo crea la ilusión de movimiento (o ausencia de movimiento si se desea). Las líneas diagonales se consideran generalmente más "dinámicas", mientras que las líneas horizontales y verticales se consideran más "estáticas". Un equilibrio cuidadoso de elementos estáticos y dinámicos dará un sentido global de movimiento a tus fotografías.
 

Juega con la dirección
Dirección es similar al flujo. También crea la ilusión de movimiento. Si hay algo en la fotografía que parezca estar en movimiento, tiene una dirección en la que se mueve.

Un ejemplo de esto son las luces de peatones de un semáforo. Cuando está en rojo para los peatones, la figura representa un peatón inmóvil, con las piernas juntas y los brazos bajados. Visualmente, no tiene ninguna apariencia de estar en movimiento. Sin embargo, la figura del peatón en verde que permite cruzar tiene una dirección en la cual se está moviendo. La dirección en fotografía se puede cerrar de muchas maneras.
 
Una figura a punto de cruzar una calle puede transmitir movimiento aunque la veamos estática y no se muevan sus brazos y sus pies, porque podemos imaginarla un segundo después cruzando la calle.
 
Del mismo modo, un coche que aparece cortado en el lado izquierdo de una fotografía en la que solo se ve su parte delantera, podemos imaginarlo un segundo después al lado derecho de la foto.
 

Los elementos repetidos
La repetición de algún elemento (unos globos, unos pájaros), dan un sentido de relación de distintas partes de una imagen.

Por ejemplo, una bandada de pájaros pueden estar moviéndose en grupo por el aire, definiendo formas interesantes en el cielo y añadiendo información sobre la dirección de la fotografía.

En algunas ocasiones puede aportar factores psicológicos, como el sentido de la unión y el compañerismo.
 
Los colores siempre dicen algo
  • Existen dos tipos de colores, los cálidos y los fríos.
  • Los rojos, naranjas y amarillos forman parte de la gama de colores cálidos.
  • Los azules, verdes y violetas forman parte de la banda de colores fríos.
Existen muchos elementos psicológicos ligados a los colores. Por poner un ejemplo, los azules se consideran colores tranquilos, mientras que lo rojos son más temperamentales. Existe mucha literatura al respecto de la psicología del color, por lo simplemente resumiremos que el color tiene una importancia determinante en la composición.
 
En materia de colores hay que prestar atención también al contraste. El contraste se define como la diferencia de luminosidad entre las partes más claras y más oscuras de nuestra foto.
 
 
El interés de los grupos de tres
Parece existir una percepción especial de los números impares en fotografía, y en especial de los grupos de tres elementos.
 
Un único elemento puede transmitir soledad o aislamiento, con dos elementos una foto puede quedar demasiado bien equilibrada y estática, y cuatro elementos pueden resultar demasiados para distribuir.
Por algún motivo que no se explicar, a las personas nos gusta el número 3. En fotografía suele funcionar la agrupación de tres elementos como centro de interés.
 
 
La regla de los tercios
Si nos fijamos en obras de arte en cualquier museo, podremos comprobar que si dividimos un cuadro en cuadrículas de igual tamaño de 3x3, las cuatro intersecciones de las cuadrículas dentro del cuadro marcan los puntos de interés.
 
Trazando esta cuadrícula imaginaria sobre la mayoría de las obras nos daremos cuenta de que elementos fundamentales del cuadro recaen sobre esas intersecciones: ventanas y puertas, ojos, líneas de horizonte, picos de montañas, ... Está comprobado que llevando nuestro punto de interés a uno de esos cuatro puntos conseguimos una imagen mucho más interesante.
En este sentido, reseñar que existen cámaras que permiten visualizar en su LCD una rejilla (grid en inglés) para trabajar con los tercios, por lo que os animo a que reviséis el manual de vuestra cámara si consideráis que os puede ayudar a la hora de mejorar la composición.
 
 
El espacio negativo
Se considera espacio negativo los grandes espacios vacíos, normalmente en blanco o negro, dentro de una fotografía, normalmente a un lado.
El alejamiento del elemento central de la imagen, rellenando el resto de la foto de un espacio vacío nos permite transmitir una información adicional de soledad, aislamiento o calma a la imagen.
 
 
Seguir el movimiento
Esta regla habla de lo que está ocurriendo en la imagen. Por ejemplo si haces la foto de alguien corriendo, puedes dejar espacio delante de él, así parece que la escena tiene una continuación.
 
Cuando hagas un retrato de alguien puedes colocar espacio delante de sus ojos relajando su mirada y dándole continuidad.
 
 
Patrones y simetrías
Nuestro cerebro está programado para percibir patrones, así es como funciona. De modo que si puedes captarlos con la cámara seguro que te saldrán fotografías muy agradables de ver.
 
 
Figura y fondo
Esto es clave en la composición, debes saber exactamente cual es el objeto principal de la fotografía y resaltarlo sobre el fondo. Si no destacas la figura principal diluirás la información por toda la foto y el espectador no sabrá que mira

Peso en la imagen
Se refiere a la tensión visual que provocan los elementos que conforman la imagen según su distribución. En esto influyen color y forma, así cómo también la luminosidad y el enfoque.

 
El equilibrio visual
El equilibrio visual es buscar la armonía estética a través del orden de los elementos que componen la imagen.
Trazando una línea imaginaria justo a la mitad de la imagen, es que podemos dividir el equilibrio en dos tipos: simétrico y asimétrico.
 
Equilibrio simétrico
En este caso, si dividimos la imagen por la mitad, veremos que cada lado está compuesto por la misma cantidad de elementos ordenados en la misma posición. Por lo tanto, podemos decir que el peso de la imagen está equitativamente distribuido ya que un lado es el reflejo del otro.
En la naturaleza es posible encontrar claros ejemplos de simetría.
Este tipo de imágenes poseen mayor fuerza y pueden evocar más fácilmente orden, solemnidad y autoridad, sin embargo, el uso reiterado de la simetría puede volver una imagen demasiado rígida y fría.
 
 
Equilibrio asimétrico
El equilibrio asimétrico consiste en la disposición armoniosa de los elementos que conforman la imagen, en donde el peso de cada uno de ellos complementa el peso del otro. A esto se le llama “compensación de masas”. Por ejemplo, si el centro de atención está a uno de los lados de la imagen, el otro lado debe “compensar” en peso visual con otro elemento, pero ubicado fuera de la línea del horizonte de nuestro modelo o elemento principal.
 
En la imagen podemos apreciar como el pez blanco, protagonista en la fotografía, está levemente hacía la izquierda. Su posición se “mueve” en diagonal hacia el lado derecho. Por otra parte, el pez rojo que se sitúa un poco más arriba a la derecha, mantiene una posición fija con respecto al pez blanco (va de frente), lo que ayuda a que nuestro pez protagonista no “se nos escape” de la imagen. Esta tensión visual, provocada por el movimiento de los peces, genera un punto de unión que el ojo percibe inconscientemente.
 
Este tipo de imágenes pueden evocar más fácilmente movimiento y dinamismo.
 
La regla del horizonte
La imagen se divide horizontalmente en tres partes iguales. Estas líneas divisorias son las que debemos considerar al encuadrar una fotografía, colocando la línea del horizonte justo en una de éstas dos guías.
 
Además, usando esta regla evitamos que el horizonte quede situado justo al centro y nos permite darle mayor protagonismo al cielo (sol, nubes, etc) a o al suelo (árboles, montañas, casas, etc).
Una buena imagen es como escuchar una buena sinfonía. Absolutamente todo lo que vemos en ella, está “sonando” en mayor o menor medida para lograr armonía. Luego de que tome una fotografía, mírela detenidamente. Piense, si es que le gusta, qué es lo que le gusta. Lo mismo debe hacer cuando una imagen le desagrada.
 
Rompe las reglas
Ésta es quizás la regla más importante. No existe una norma para que una foto salga bien y que todo el mundo piense que es preciosa. Lo importante es fotografiar, y rompiendo las normas o llevándolas al extremo podemos crear composiciones que seguramente no encontraríamos siguiendo las normas. En fotografía lo más importante es experimentar y practicar.