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Guía básica para enfocar mejor.

Ya se que llevo algún tiempo sin publicar nada en este blog, actualmente estoy haciendo un curso de Fotografía para "torpes" en el blog de mi chica This is Emily.
 
Pero no os preocupéis porque hoy os voy dejar un artículo de lo mas interesante, una guía básica para mejorar el enfoque.
 
Aunque ya os he hablado en alguna ocasión sobre esto en los artículos El Enfoque o Cómo enfocar y no morir en el intento, además de estos estupendos tutoriales para Photoshop para mejorar digitalmente el enfoque, no está de mas que le demos un repaso y añadamos unas cuantas cosas para tocar un tema tan delicado como es el enfoque, uno de los principales problemas por el cual no conseguimos que nuestra imagen salga nítida.
 
¿Lo vemos?



En más de una ocasión seguro que hemos sacado una fotografía mal enfocada o nos hemos vuelto locos al intentar enfocar, sobretodo con objetivos tipo pisapapeles, como cariñosamente llamo a aquellos objetivos que una vez probado un objetivo de mayor calidad, no mucha mas, solo le daremos ese tipo de uso.
 
Este problema puede ser por culpa de la cámara, su sistema de enfoque está muy limitado, la calidad de las lentes, el motor de enfoque del objetivo, problemas de backfocus o frontfocus e incluso una mala postura, el tomar una fotografía a una velocidad menor a la de "seguridad".
 
Lo primero que tenemos que hacer es enfocar donde debemos y queremos. Un error muy común es el enfocar en una zona, y al ver que no hacemos foco ir a otra con mas luz y enfocar, sin levantar el dedo del botón de obturador volvemos al punto donde queremos hacer la foto, y la hacemos. Esto no está bien por algo muy simple, el punto donde queremos hacer la foto posiblemente esté en un plano focal distinto al punto donde hemos enfocado, por lo tanto nos saldrá la foto desenfocada. Lo ideal en estos casos es usar el enfoque manual.
 
El método más común de enfoque de las cámaras modernas actuales se basa en la detección del enfoque por diferencias de contraste. Esto significa ya, a priori, que en una escena es más difícil (más lento o imposible a veces) enfocar o poner el punto de enfoque sobre aquellas partes de la misma que presenten un bajo contraste y que es más fácil (más rápido) enfocar sobre aquellas zonas de alto contraste.
 
Por eso, en los retratos por ejemplo, además de enfocar a los ojos para resaltar la mirada, el interior del ojo es una zona de alto contraste que permite un buen enfoque.
 
Muchos se toman a broma eso de que agarrar bien la cámara es imprescindible para sacar buenas fotos, al menos sin trepidación y con un enfoque correcto.
 
Pues si, si no seguimos una pauta para sujetar la cámara lo que conseguiremos es que por culpa de nuestro pulso saquemos fotos movidas (trepidadas) y en mas de una ocasión se nos cambie el foco de sitio y saquemos desenfocada la toma.
 
Conozco alguna gente que agarraba la cámara casi dejando las marcas de los dedos ahí, no, la fuerza debe ser la suficiente para moverte cómodamente y manejarte con la cámara. Recuerda: firmeza pero no tensión.
 
Los pies deben estar en una posición firme, evita moverlos constantemente, a la hora de disparar deberían estar quietos y bien apoyados.
 
La mano derecha debe agarrar, como hemos dicho, la empuñadura de la cámara. En el caso de los disparos en vertical es recomendable el uso de un grip, que permitirá utilizar la misma postura tanto en vertical como en horizontal.
 
La mano izquierda se coloca a modo de soporte sujetando por la palma el objetivo. Esta postura permite cómodamente sujetar el objetivo (como decíamos) al tiempo que permite hacer zoom, mover el diafragma, ajustar el enfoque en manual, … etc. Hay gente coloca la mano por encima del objetivo no dándose cuenta de la perdida de equilibrio y estabilidad provocada (‘¡Cómo pesa esta cámara!’, claro, pero si la cogemos correctamente, mejor).
 
Por último, observa el tráfico de gente y de vehículos a tu alrededor en el caso de que te encuentres en una zona transitada. Cuando disparas pierdes la noción de lo que ocurre a tu alrededor y todo lo que ocurre, ocurre a través de ese maravilloso artilugio denominado visor.

Antes de apretar el botón del obturador, salvo que uses trípode claro, toma aire, mantenlo y haz la foto, vamos, no respires. Una vez tomada la foto empieza a soltar el aire.

Controlar la respiración es fundamental ya que si estamos nerviosos, esa respiración agitada hará que la cámara tiemble lo suficiente para sacar la imagen desenfocada.

 
Dentro de lo posible es recomendable usar velocidades de obturación alta, ya en mas de una ocasión os he comentado que hay una regla para evitar la trepidación en las fotos, y es que la velocidad mínima de obturación será la inversa de la distancia focal usada mas dos pasos. Esto, sumado a un buen estabilizador de imagen, es imprescindible de saberlo para evitar la trepidación en las fotos.
 
 
Hay gente que compra un objetivo muy luminoso (f/1.2, f/1.4 o f/2.8 por ejemplo) y piensa que que ya que lo ha comprado y el bokeh es tan bonito pues vamos a disparar siempre a esa apertura. Creo que todos lo hemos pensado. Pero hemos de darnos cuenta que a aperturas tan pequeñas es más complicado enfocar, acertar bien con el enfoque. Hay algunas cosas que puedes plantearte. Pensemos un poco de nuevo, en la profundidad de campo.

Como vemos, con el sujeto a 5 metros con un 200m, mover la cámara 10cm hacia delante o hacia atrás parece altamente improbable con un buen agarre por lo que tendremos mayores posibilidades que enfoquemos donde realmente queremos enfocar. La profundidad de campo sigue siendo pequeña para obtener un buen bokeh (si es lo que buscamos) y tenemos un margen amplio para poder enfocar bien.

Cuanto mayor sea la distancia a nuestro sujeto y mayor sea la focal, más ‘fácil’ será enfocar correctamente usando una apertura pequeña.


Si por el contrario no nos queda mas remedio de usar una velocidad de obturación baja lo ideal es apoyarse en algo, llevar un buen saco de semillas que no dejen residuo, usar un monopie, o el simple echo de apoyarnos en algún lugar sólido ayudará en gran manera para que consigamos sacar una foto bien enfocada y sin trepidación.

Cuando tenemos un sujeto en movimiento, tenemos varias posibilidades de enfocarlo. Algunos sistemas de autoenfoque permiten seguimiento del sujeto pero varían los puntos de enfoque según éste se mueve. Esto está bien si estamos disparando al sujeto de lejos con una apertura cerrada ya que gracias a la profundidad de campo el sujeto estará en la zona de enfoque.

El enfoque continuo tradicional, en mi opinión, suele dar mejores resultados que ese otro enfoque 3D, al menos, cuando usamos aperturas más abiertas. Podemos estar enfocando siempre, por ejemplo, a la cara a f/2.8, desde lejos y asegurarnos un buen enfoque. De todas formas, va en cuestión de gustos y de la habilidad de cada uno.

En ambos casos usaríamos probablemente, el disparo simple, ya que estamos planteando hacer nuestras tomas a sujetos que están moviéndose pero no a una velocidad excesiva. Sin embargo, con sujetos que se muevan rápido, además de configurar la velocidad de obturación para según como queramos capturar el movimiento, hemos de tener en cuenta el movimiento del sujeto y preveerlo.

Pensad en la típica fotografía de naturaleza a un pájaro cuyo movimiento tal vez no sabemos cuál va ser. Lo seguimos con el enfoque continuo y realizamos varias tomas con dos propósitos: uno, tener varias composiciones y, dos, asegurarnos tomas enfocadas. Es bastante común que por el movimiento alguna de las tomas no esté enfocada. Lo mismo podríamos plantearnos con un coche que pasa junto a nosotros o alguien que viene corriendo a toda velocidad.


En el caso de que el sujeto venga a gran velocidad hacia nosotros (apostados cual cazador esperando la presa), una técnica que puede venirnos bien es situarnos con un teleobjetivo y pre-enfocar a un punto del suelo por el que sabemos que pasará el sujeto, bloquear el enfoque, y cuando pase disparar una ráfaga.

Pero no solamente es útil cuando tenemos buena luz y el sujeto viene deprisa, es muy útil, en ocasiones donde la luz escasea y el autoenfoque se vuelve loco. Pre-enfocamos a un punto de luz (no estaremos en total oscuridad digo yo) por donde vaya a pasar el sujeto. Así, podríamos salvar por ejemplo la salida, a contraluz, de unos novios en una iglesia o el paso de unos corredores en una maratón por un determinado punto.

Si vemos que los problemas de enfoque siguen igual es que tenemos los temidos problemas de frontfocus o backfocus, problemas que por desgracia todos tarde o temprano tendremos.

Si vuestra cámara tiene opción de corregir estos problemas, perfecto, si no ... mala suerte, si acabáis de comprar vuestra lente nueva y detectáis esos problemas, os recomiendo que la cambiéis de inmediato si esto no os ocurre con otros objetivos.

¿Cuándo se nota más este problema? Cuando utilizamos aperturas grandes (por ejemplo, a partir de f/2.8) pero dependerá también de la distancia, ya que este es un factor relacionado con la profundidad de campo. Lo notamos si estamos enfocando a los ojos del sujeto y el enfoque se va a las orejas (aquí sería backfocus) o si se va a la nariz (aquí sería frontfocus).

Para ajustar esto, podemos dejar la cámara en una posición estable (un trípode o simplemente apoyada) y colocar tres pilas en diagonal (buscando en internet puedes encontrar multitud de vídeos)

Un método mas sencillo es usar una carta de en foque, que podéis descargar sin ningún problema de internet.

Para ello, debemos seguir una serie de indicaciones y hacerlo lo más preciso posible. Colocamos la carta de enfoque sobre una superficie lisa y la fijamos para que no se mueva. Colocamos nuestra cámara sobre un trípode y colocamos la cámara en ángulo de 45º con respecto a la carta. La prueba la realizamos con todos los objetivos que tengamos. Pues el microajuste lo realizaremos con cada objetivo.

Es obligatorio, colocar el objetivo a su máxima apertura (la que sea f/1.4, f/2.8 o f/4) de esta forma minimizaremos la profundidad de campo y la zona de enfoque será la más pequeña posible. Esto nos permitirá “descubrir” mejor si existe un problema de backfocus o frontfocus. También es recomendable que uséis la menor distancia posible a la carta, por lo que si la distancia de enfoque del objetivo es de 1 metro, colocaros a un metro de distancia.

Dado que sabemos que la velocidad de enfoque es finita y en ocasiones el autoenfoque falla ¿Qué hacemos? Usar el enfoque manual. Como por ejemplo:
  • Con objetos o sujetos muy rápidos o hay poca luz: Si están a suficiente distancia, merece la pena preparar el enfoque a infinito o a un punto fijo por el que sepamos que el objeto o el sujeto pasará y disparar un ráfaga cuando esto suceda. Si hay poca luz y tu objetivo se vuelve loco haz lo mismo, pre-enfoca manualmente.
  • La fotografía macro es la excepción del enfoque automático. Dada la limitada profundidad de campo que existe en este tipo de tomas, todos los fotógrafos prefieren ajustar el enfoque manualmente para conseguir destacar los aspectos que desean.
  • A la hora de disparar a través de un cristal, variando el enfoque conseguiremos la composición adecuada basada en el reflejo o en lo que hay detrás del cristal.
  • En fotografía de paisajes, largas exposiciones y fotografía nocturna: Busca la hiperfocal si lo que deseas es asegurar el enfoque de la escena.
Quizá, uno de los errores mas comunes con el autofoco es que, o bien tenemos todos los puntos de enfoque habilitados y la cámara elige cual es el mas adecuado según su modo de enfoque, o bien tenemos solo habilitado uno de ellos pero nos empeñamos en enfocar con otro.

Otra de las causas por las que nos puede fallar el autofoco es porque no hay suficiente contraste en el punto que estamos enfocando, siempre que nuestra cámara enfoque de esa forma.

Las situaciones más comunes en las que oiremos el motor de enfoque sin detenerse son aquellas en las que la iluminación es insuficiente, como puede ser en interiores o de noche, pero también fallará en situaciones de buena iluminación cuando el punto de enfoque coincida con superficies lisas o sin textura, como puede ser una pared blanca, el cielo azul o ropa negra. Otros casos menos frecuentes son situaciones de mucho brillo o cuando tenemos un exceso de líneas cercanas a la cámara y nos interesa el fondo. Por ejemplo, cuando queremos hacer una foto entre los barrotes de una verja o una rejilla metálica.

También, si estamos intentando enfocar a una distancia menor que la mínima de enfoque de nuestro objetivo nos será imposible logar el enfoque, esto es muy común a la hora de hacer fotografía macro con objetivos que no están preparados para ello, por ejemplo, usamos un teleobjetivo cuya distancia mínima de enfoque es de metro y medio y nos empeñamos en enfocar un sujeto que está a un metro de nosotros.

Por ultimo tendremos que saber que tipo de modo de enfoque automático elegir, no es lo mismo hacer un macro en un ambiente controlado que en uno con mucho viento, en el primero con el modo one shot (en Canon) será suficiente, y en el segundo necesitaremos poner el modo AI Servo.

El modo AF único (AF-S para muchos fabricantes y One Shot en las Canon) funciona enfocando la imagen cuando pulsamos el botón de disparo hasta la mitad. Mientras tengamos pulsado el botón el enfoque, se mantendrá a la distancia donde hemos enfocado. Si queremos enfocar en otro plano, debemos soltar el botón y volver a pulsarlo. El modo único está recomendado cuando queremos enfocar objetos o personas que no están en movimiento y, salvo contadas ocasiones, es el modo AF que más os recomiendo.

El modo AF continuo (AF-C para muchos fabricantes y AI Servo en las Canon) se activa pulsando hasta la mitad el disparador y enfocando. Si el objeto se mueve, la cámara corrige el enfoque sin necesidad de soltar el botón. Podéis hacer la prueba seleccionando el enfoque continuo, enfocando un plano cercano y luego apuntando la cámara hacia un lugar más alejado. Oiréis el motor de enfoque y veréis como gira el anillo de enfoque. Todo ello sin soltar el botón de disparo. El enfoque continuo es ideal cuando queremos fotografiar objetos, personas o animales en movimientos ya que los seguirá manteniéndolos enfocados.

El tercer modo AF es el automático (AF-A para muchos fabricantes y AI Focus en las Canon). Es el más problemático ya que la cámara cambia de único a continuo dependiendo de si capta movimiento en la escena. La idea es muy buena, si enfocamos un objeto estático y éste empieza a moverse, la cámara activa el continuo y comienza el seguimiento. Pero en muchas ocasiones, el movimiento se inicia en el fondo de la escena y la cámara lo enfoca, desenfocando el primer término que es el que nos interesa. Este error está muy relacionado con la selección de punto de enfoque en el visor.

Como os he comentado antes, no siempre es bueno tener todos los puntos de enfoque seleccionados, lo normal es tener uno o una pequeña combinación de ellos, recordad que el punto de enfoque central es el que mejor enfoca de todos, y a medida que nos desplazamos del centro necesitaremos mas luz para enfocar con ellos.

Pues nada, esto es todo por hoy. Creo que con estos consejos ya podremos corregir algunos de los defectos que tenemos enfocando y nos dejaremos de cabrear cada vez que nuestro equipo sea incapaz de enfocar correctamente.