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¿Qué es la difracción?

En un artículo anterior vimos que era la nitidez en la fotografía y que uno de los factores que puede provocar que una imagen no salga nítida es la difracción, pero, ¿qué es?

La difracción es un fenómeno que consiste en la desviación que experimenta una onda cuando encuentra un obstáculo en su camino.
 
Y aquí está la prueba:
 
 

¿Cómo puede influir en nuestras fotografías?
 
Un objetivo fotográfico recoge la luz y la traslada al plano del sensor que es donde se forma la imagen. A medio camino está el diafragma, que son unas laminillas móviles que se cierran en forma casi circular y dejan pasar más o menos luz hasta ese plano. La relación entre la distancia focal del objetivo y el diámetro efectivo del objetivo (el diámetro que queda tras manipular el aro de diafragmas) nos da el valor del numero f. Así, para un mismo objetivo el número f será mayor cuanto más pequeña sea la abertura y viceversa.

Ahora partimos de la base de que en una imagen tridimensional sólo hay un único plano que esté perfectamente enfocado y el resto de los planos estarán más o menos cerca del foco en función de la profundidad de campo, a un mayor número f (diafragma más cerrado) obtendremos mayor profundidad de campo y conseguiremos que más planos cercanos al plano de foco estén aparentemente enfocados y den una nitidez aceptable para nuestro ojo.

Pero cuidado porque podríamos caer en el error de pensar que para obtener la mayor nitidez en una fotografía lo mejor que podemos hacer es cerrar el diafragma al máximo. Esto sería cierto si no existiera la difracción, ya que al cerrar mucho el diafragma limitamos la superficie de entrada de luz limpia al mínimo y casi toda la que pasa al sensor es luz distorsionada por los bordes del propio diafragma. Vamos a verlo mejor con un gráfico:
Con este dibujo podemos ver que en la imagen de la izquierda, con el diafragma abierto, la mayoría de las ondas entran limpias hasta el sensor y apenas se nota algo de difracción en los bordes. Por el contrario en el dibujo de la derecha, con un diafragma cerrado al máximo, casi toda la luz que entra es desviada por los bordes y forma una imagen distorsionada en el sensor.
 
Tras esta explicación podíamos suponer que abriendo totalmente el diafragma evitaremos la difracción y sacaremos fotos totalmente limpias.
 
Sí, pero entonces aparecen otros problemillas propios de las lentes y que también afectan a la calidad de la imagen, como son la aberración cromática y la distorsión.
 
Y el problema es que estos efectos se producen sobre todo en los bordes de las lentes, así que no debemos abrir el diafragma a tope.

Para evitar todo esto en la mayor medida de lo posible lo ideal es utilizar el punto dulce de nuestro objetivo, que suele estar en una apertura intermedia.
 
Como vemos en el siguiente ejemplo que es una clara muestra de lo anteriormente expuesto.
 
 

Con todo esto no os quiero decir que os empecéis a preocupar demasiado por este problema, ya que siempre ocurre, además, no solo será provocado por nuestras lentes, si no que los sensores de nuestras cámaras influyen mucho en la calidad de nuestras imágenes.

A esto le añadimos además los círculos de confusión y ya nuestros cerebros podrían entrar en cortocircuito.

Por lo tanto no está demás saber que factores nos pueden influir en la calidad final de una fotografía, estos además son los que provocan que al ver nuestra imagen en un monitor digamos, no es ni remotamente la imagen que vi en la realidad, esa imagen no me dice nada.

Así que si os gusta una imagen, haced varias tomas con distintas profundidades hasta que conozcáis cual es el punto dulce de vuestro objetivo y cámara y de esa forma casi siempre sacaréis esa imagen que habéis visto en realidad en vuestro equipo.